Crítica de Arte - Katy Ocaña
Las joyas de Katy Ocaña: entre el diseño gráfico y el diseño de accesorios
noviembre 3, 2018/en Diseñadores cubanos /por Annick Woungly-MassagaTodo comenzó con una pasión dividida entre el diseño gráfico y el diseño de accesorios.
Las singulares joyas de Katerine Ocaña (Katy), de un alto contenido gráfico, delatan la profesión de su autora, graduada en 2003 de Diseño Gráfico del Instituto Superior de Diseño de La Habana. Deliciosamente estridentes, pero perfectas desde el punto de vista de las armonías de color -lo que las hace finalmente fáciles de combinar con la vestimenta-, logran ese delicado equilibrio entre artesanía y buen gusto, y se destacan por su marcado carácter diferenciador.
Accesorios ilustrados
Cada joya nace a partir de una ilustración que Katy Ocaña transfiere a tela para luego decorarla y bordarla a mano, aportándole relieve y personalidad. Los dibujos de Katy casi siempre representan motivos abstractos donde predominan las formas circulares. Estos motivos altamente estilizados, asociados a los colores vivos y contrastantes, le aportan cierto toque étnico a las creaciones.
Las calles de La Habana, su arquitectura y sus contrastes, el estilo vintage o las formas y colores que desfilan ante sus ojos en el contexto habitual de su profesión de diseñadora son la herencia de donde las piezas de Katy Ocaña sacan su belleza. Así lo cuenta a la revista Garbos en esta entrevista.
Autenticidad y atención a los detalles
Los disímiles elementos que Katy Ocaña incrusta sobre sus accesorios (cuentas, botones, monedas) son productos reciclados, y eso le aporta a su obra ese encanto nostálgico de prolongar la vida útil de un producto o de una porción de él, creando, inevitablemente, piezas únicas. Ella ha sabido tornar la dificultad de acceso a materiales nuevos en una ventaja.
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Al detenerse a observar los detalles se constata la alta calidad de la realización, la finura del trabajo, prueba de una gran dedicación, minuciosidad y esmero. Esto le aporta un valor inestimable a las piezas.
En todo caso, uno no se cansa de admirarlas. Cada creación de Katy Ocaña es un descubrimiento, una nueva fuente de disfrute visual que genera una conexión sensorial interesante. La diseñadora ha logrado crear su propio universo con propuestas de accesorios frescos, refinados y diferentes.
- por Milene Medina fotografía Costesía de la entrevistada 10 de Mayo de 2018
En un principio fue un hobby. Hoy es su gran pasión, su modo de desarrollarse, de vivir. Así empezó a dar sus primeros pasos en el arte de confeccionar accesorios, que no son ni de oro ni de plata y mucho menos del tan comerciado acero inoxidable, sino que son colgantes de tela.Con la idea de que con un botón, un trapo viejo o una moneda se pueden hacer grandes cosas, nacieron piezas de una belleza extraordinaria. Fue así como se inició en este mundo Katy Ocaña, una diseñadora que conversa hoy con Garbos sobre sus piezas, en entrevista exclusiva.
¿Cómo y cuándo comienzas a confeccionar este tipo de bisutería?
Yo estudié Diseño Gráfico en el Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI) y me gradué en el 2003. Desde ese entonces, comencé a vivir alquilada en La Habana con mi esposo y mi niño de cuatro años, y ganando 198 pesos cubanos al mes, así que comencé a confeccionar bisutería, de forma autodidacta, para aliviar mi situación económica.
Con el tiempo mi profesión fue cubriendo mis necesidades y esta actividad se convirtió en un hobby para escapar del stress laboral. Actualmente, es una pasión que continúa generando beneficios económicos y que realizo con mucho placer, con la única presión de no poder dedicarle todo el tiempo que quisiera.
¿Por qué estos materiales, cómo has ido construyendo esta estética?
Depender de algo a lo que no puedo acceder me ha creado siempre una gran frustración, y conseguir lo necesario para confeccionar accesorios en Cuba es bastante difícil. Así que los materiales que utilizo son, en gran medida, el resultado de la escasez, aunque también está mi intención de equilibrar dos actividades que me apasionan: el diseño gráfico y el de accesorios.
Se me ocurrió la idea de transferir a tela mis propios diseños e ir probando diversas técnicas, hasta que felizmente encontré una que funcionó. Desde entonces he ido construyendo esta estética y el sello que caracteriza a mis creaciones, de modo que las piezas contengan una ilustración gráfica creada por mí, que luego bordo y decoro manualmente. Con ese punto de partida, la originalidad y exclusividad quedan garantizadas, mientras que las propuestas creativas son infinitas.
Katy resalta que también trabaja otras líneas de collares, donde utiliza telas estampadas y materiales supra-reciclados, siguiendo la corriente del Upcycling.
«En estos diseños -nos dice- cada pieza es decorada con botones, cuentas, arandelas, monedas, fragmentos de antiguas joyas y cuanta cosa me encuentro. Me gusta que en el accesorio sean evidentes los elementos recuperados, esos que tendrán una segunda vida en un nuevo objeto y con un nuevo dueño».
¿Qué te inspira como diseñadora?
La inspiración me viene de cualquier parte: de mi trabajo como diseñadora gráfica, de las formas, composiciones, paletas de colores e ilustraciones que forman parte de mi rutina creativa diaria y me nutren de ideas constantemente. También de las calles de La Habana que transito cada día, de su arquitectura y contrastes o de la inclinación que siento hacia el estilo vintage.
Mi familia también es importante en mi trabajo, mi esposo es diseñador industrial y mi hijo mayor está cursando el primer año en el ISDI, así que me retroalimento todo el tiempo de sus opiniones. El pequeño de casa tiene cinco años y es una buena fuente de inspiración, porque le fascina volcarlo todo sobre la mesa de trabajo y hacer sus propias composiciones. ¡Es increíble la belleza que puedes encontrar en el caos creativo de un niño!
¿Cómo ves el arte de confeccionar accesorios, desde el diseño de autor, en Cuba?
En un artículo sobre este tema, leí que el diseño de joyas de autor se considera un producto intermedio entre la joyería fina y la bisutería de moda. Su valor radica en la creatividad del diseñador en lograr algo a través de la innovación, de la experimentación, del empleo de nuevos materiales. Destaca, además, las habilidades avanzadas del trabajo manual y el estilo definido del autor, lo que hacen de cada accesorio una pieza única en su tipo.
Katy nos cuenta que «en nuestro país ya contamos con varios diseñadores y artistas de renombre que tienen muy bien ganado su prestigio en este ámbito. De hecho, sigo el trabajo de algunos y he visto verdaderas obras de arte. En cuanto a los clientes, algunos prefieren comprar piezas de autores reconocidos, valoran el proceso y saben que es algo limitado; para otros, en cambio, es más importante la idea, los materiales novedosos y el resultado final».
La diseñadora señala, además, «que hay piezas con un alto valor y un alto precio, por el tiempo, esfuerzo, tecnología y/o materiales empleados en su confección, pero que no podemos olvidar que vivimos en Cuba, y que existe un público local, ávido de consumir buen diseño.
»Creo que tenemos la responsabilidad de crear pensando también en esas personas y si convertimos cada carencia de materiales o tecnologías en un reto creativo, el diseño de autor en Cuba seguirá por buen camino. Por el momento, en mi caso, estoy más enfocada en crear y experimentar, que en hacerme de un nombre. Eso es algo que irá llegando con la aceptación que el público le dé a mi trabajo».
¿Cómo y dónde los comercializas?
Mis accesorios se venden en Piscolabis, un bazar privado en La Habana Vieja y en ocasiones en La Fábrica de Arte Cubano. Otros proyectos y negocios me han pedido colaborar, pero por falta de tiempo no he podido cubrir las demandas. Me han comprado numerosas piezas en algunos países como Estados Unidos, Canadá, Portugal y España, a través de contactos que tengo por las redes sociales o a través de amigos y familiares.
Espero en un futuro, no muy lejano, encontrar los mecanismos para vender a través de internet y poder garantizar el envío. Sería genial poder llegar con mis creaciones a cualquier parte del mundo.
Los collares de Katy Ocaña son de una belleza sorprendente, eso sin hablar de la originalidad que distingue a cada una de sus piezas, esas que toda mujer luciría con orgullo, porque sabe que la obra de esta artista es garantía de éxito, elegancia y autenticidad.