crítica de arte - Sergio Linares
Statement del artista:
Algo queda de aquel surrealismo que inundaba los primeros pasos de mi creación visual, algo de aquella lucha paradójica que confrontaba los sueños, la razón y el deseo, algo de aquella objeción hacia las normas establecidas. ¿Pero acaso no le compete al arte trabajar con esos ingredientes?Hoy, después de transitar los valles, y hasta ascender a alguna atalaya que posibilita el resumen, puedo decir que la propia acción de crear se ha convertido en el espacio vital en el que vuelan libres mis sentimientos. Es verdad que siempre concebí la obra desde la perspectiva interna y el momento vivido, pero en este proceso fui dejando de ser cazador de imágenes para generarlas exclusivamente a partir de la emoción y la experiencia. Mi obra, por tanto, no radica en una colección de escenas más o menos bellas, ni en la obsesión por alcanzar la maestría técnica; el hecho de mi pintura reside en la misma acción creativa. La creación artística se torna el fundamento que canaliza mi necesidad espiritual, que busca -a través del diálogo interior- un estado con el que acercarme a valores de transcendencia existencial. Ya sea Dios, el sentido de la vida, el paso del tiempo, lo efímero, lo eterno... en el proceso creativo se suman decisiones desde ese pulso interno que me reconcilia con la realidad profunda de quien soy y quien quiero ser. Utopía o no, es allí donde únicamente siento la plenitud para expresarme en pos de mis emociones e ideales, aunque a veces los perciba inalcanzables...
Sergio Linares, una obra consecuente
Celestino Celso Hernández
Amplia es la nómina de artistas que se han formado a sí mismos. También la de quienes se iniciaron en talleres, con algún maestro, o tuvieron una formación académica e incluso realizaron una carrera artística oficial, para luego dejarse ir por un camino propio, experimental, a la búsqueda de sí mismos y de una obra creativa más personal. En muchos de estos casos, tales elecciones formativas y vitales, y también los giros sobre lo ya iniciado, suelen ir unidos a reflexiones sobre una realidad y un entorno con los que estos creadores se muestran renuentes.
Un buen ejemplo de lo que comentamos lo podemos encontrar en el artista, que es protagonistas del presente texto y de la exposición a que hace referencia, Sergio Linares. Un artista canario, que tras formarse en la isla y rastrear parte del mundo, más allá de las orillas insulares, ha decidido también hacer frente a la vida y al arte desde las tierras del sur de Tenerife.
La historia, y la historia del arte en particular, en el tiempo transcurrido hasta el presente, nos ofrece algunos momentos de particular referencia, en el que los artistas comenzaron a posicionarse al margen de la formación académica, o si en ella se habían iniciado decidieron alejarse de la misma. Abandonaron los lugares más desarrollados, también más ruidosos y contaminados, y se encaminaron a los entornos rurales y a la búsqueda directa de la naturaleza, incluso a integrarse plenamente en ella. La revolución industrial, del siglo XIX, y todo lo que con ella vino, tanto para bien del desarrollo de la humanidad, como para la pérdida de muchos de nuestros valores y esencias, en particular en lo que hace a nuestros recursos naturales, creó un marco específico en el que muchos artistas tomaron decisiones nada habituales. Es el caso, sobre todo, de los artistas englobados en el preimpresionismo, impresionismo y postimpresionismo, teniendo a Francia como principal escenario, sin olvidar pasos previos como el protagonizado por la 'Hermandad Prerrafaelista', en Inglaterra, con J.E. Millais, D.G. Rossetti y W.H. Hunt. Como bien indica el nombre de este grupo desistieron del arte académico, imperante en el siglo diecinueve, y giraron hacia el arte anterior al Quattrocento, que se veía como menos condicionado por las normas académicas, y por consiguiente como más libre y más puro. Algo similar podemos decir de otra hermandad, esta vez en Alemania, la 'Hermandad de San Lucas', más conocidos por los 'Nazarenos', con artistas como J.F. Overbeck, F. Pforr, P.v.Cornelius y W.v.Schadow. Otro paso importante, en esta línea, fue el que dieron los realistas franceses, más en concreto los asociados a la denominada 'Escuela de Barbizon', reunidos en el pueblo del que toma nombre, cerca del bosque de Fontainebleau, con artistas como Th. Rousseau, J-B. C. Corot y J.F. Millet.
Podríamos preguntarnos cómo reaccionarían nuevos artistas, un siglo y medio más tarde de aquellos pioneros, a los que acabamos de hacer referencia. Y también cuestionarnos cómo lo harían, teniendo en cuenta que si bien el desarrollo ha continuado, hasta un punto muy avanzado, ya no industrial sino tecnológico, el deterioro de la naturaleza ha sido superior, hasta provocar un cambio climático, al decir de muchos expertos, nada halagüeño en sus consecuencias. Los artistas siguen reaccionado, se siguen posicionando y tomando decisiones incluso nada fáciles. Sergio Linares puede ser buen ejemplo de ello. No pretendemos desgranar la biografía de Sergio, que por otra parte recomiendo que se les eche un vistazo, porque hay en donde fijarse y aprender, de los trayectos que han seguido, de las dificultades que han superado, de lo mucho que han aprendido y de los resultados que han obtenido y nos ponen a nuestra disposición. Vamos pues a fijarnos en las obras que nos propone Sergio Linares.
Los inicios de SERGIO LINARES, que dio sus primeros pasos de vida, en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, el año 1968, sí transcurrieron por los cánones de la formación en los estudios superiores de bellas artes, en
los que llegó a alcanzar la Licenciatura por la Universidad de La Laguna, el año 1992. Para entonces ya había participado en muestras colectivas, desde 1988, e incluso protagonizado alguna exposición individual, en 1989. Sin embargo, bien pronto Sergio cayó en la cuenta de que, en el sur de la isla, todo estaba prácticamente por hacer, particularmente en el mundo del arte. De ahí que, además de su propia obra, comenzase a hacerse cargo de otros cometidos, también en el entorno artístico, para su propia supervivencia y para incentivar el panorama plano del arte, en esta amplia zona de la geografía insular. Actividades que han ido desde la docencia, a la decoración, el diseño gráfico e incluso la actividad galerística. Por citar sólo algún dato de su trayectoria profesional, el año 1994 lo encontramos participando en una colectiva titulada "Artistas del Sur", en la galería "El Taller", de La Camella, Arona, que desarrollaba una encomiable labor, casi que en solitario, en pro de los artistas y el ambiente más favorable para su desarrollo y el de sus obras. Y seis años después de esta cita, en 2002, Sergio vuelve a estar en otra colectiva, con el "Grupo ARTESUR", esta vez en el Centro Cultural de Adeje.
Nos preguntamos, entre tanto, qué ha sucedido con la obra de Sergio Linares. El propio artista nos confiesa que él si articula su trabajo en series sucesivas, que van avanzando una sobre otra, creciendo y planteándole nuevos retos, al tiempo que nuevos interrogantes. Retos que intenta resolver, para ofrecer los hallazgos de tales incursiones, a veces duras, por periodos de tiempo no preestablecidos. En el blog, que el artista ha preparado, y nos ofrece para conocimiento de su trabajo en el arte, él mismo nos señala las series 'Péndulos', entre el año 2000 y el de 2006, 'Nudos', de 2007 a 2008, 'Huellas', de 2008 a 2013, 'Atmósferas', de 2013 a 2015, 'Trazas', de 2015 a 2016 y 'Junturas', de 2016.
'Supervivencia', 'Exilio' y 'Manifiesto' en 2015, 'Atávico', 'Trampilla', 'Memoria', 'Recogimiento', 'Bloque' y 'Dos mundos' en 2016, y 'Vestigio' en 2017, y aún otras que nos muestra ahora como 'Atmósferas' 'Trazas' y 'Junturas'. Antes, ya Sergio había ofrecido dos conjuntos de obras, reunidas bajo el título de 'Espacio invisible', en 2007, y 'Transfusión de color' en 2011.
Sergio Linares es un pleno" laborador" de su obra, en el sentido de trabajar en un estudio convertido en un laboratorio, no sólo en su fase definitiva, sino también en las fases previas de búsqueda de materiales, de estudio de los mismos, reparaciones, correcciones, añadidos, hasta encontrarles un resultado estético, también poético. Hablamos de materiales nada fáciles de tratar, de aplicar directamente al lienzo o a la base de chapa, tal como los que vienen preparados desde las tiendas especializadas. No, a nuestra artista le ha dado por ir al rescate de la madera, la madera que ya ha sido aplicada, utilizada para otros cometidos, como su uso en ventanas, en cajas, o en puertas, entonces ajenos a ningún resultado artístico. Sergio los analiza, como un científico, o los estudia como un arqueólogo, hasta que les va encontrando su encaje en lo que, desde su mente y desde su instinto creativo, va fraguando para las composiciones plásticas, que al fin nos ofrece. El resultado es muy gratificante, atrapándonos en la lírica que llega incluso a alcanzar. Hay una declaración, al respecto, que el propio artista ha incluido en su blog:(5) "El alma es de madera, y desde su naturaleza se acrecienta en verdad para proyectarse hacia una nueva presencia. A partir de vestigios orgánicos, rudimentos, perfiles erosionados y colores rotos, surge una imperfección orgullosa, como rescatada desde algún angosto camino desechado."
Aquí hay todo un recorrido, sin duda, hay indagaciones en etapas del arte, que podemos remontar a composiciones cubistas de Picasso, más de Juan Gris, y progresando en el tiempo a hallazgos de la abstracción informalista y matérica, europea y española, y más adelante aún en el arte póvera italiano, con artistas como Alighiero Boetti y sus composiciones a base de bordados de lana. Incursiones también en las obras de determinados artistas, algunos más significados y sus trabajos más conocidos, como Manolo Millares, y la personal y particular elaboración de sus arpilleras, a partir de telas de sacos de uso industrial y comercial. De artistas como Antoni Tápies y César Manrique, y otros no tan recurridos y recordados, como Lucio Muñoz y Salvador Soria.
Sergio Linares, en efecto, recurre a procedimientos del collage, más aún del 'assemblage', reuniendo telas, trapos, matrices de imprentas, postigos, puertas trabajadas, buscándole el alma a la madera, como se encarga de recordarnos el artista, que devienen en suma gratificantes composiciones de madera. Una satisfacción, podemos asegurar, el encuentro con las obras de Sergio, y todo el mundo que ellas albergan.